Leyenda de la dama tapada

Como muchas leyendas, la Dama Tapada tiene muchas versiones. En Guayaquil está en el árbol de tamarindo, en Riobamba aparece tras un juego de naipes fatídico, en Ibarra también se la llama la Vergonzante del pretil. Aquí el relato: Una noche, se encontraba el músico Miguel Sánchez con su inseparable amigo Idelfonso Rentería, compartiendo un aguardiente de caña. Había caído un poco la niebla. De reojo, divisaron en el portón cerrado de la Catedral de Ibarra una silueta. Definitivamente no se trataba de una beata, primero por la hora y porque tampoco era enjuta. Tenía un ceñido vestido negro y una mantilla cubría su rostro. Por los pliegues de su traje parecía concurrir oleajes de azahares imperceptibles. Algo de prohibido circulaba en el aire. Así lo intuyeron. Se acercaron para ofrecer a la mujer una copa de licor. De pronto, como si se tratara de algo inusitado, la dama misteriosa se movió unos metros más allá. Pasó un largo tiempo. Idelfonso puso un pretexto y se marchó, ...